Educaciones y complejidad. Ainhoa EZEIZA y Javier ENCINA

Complejidad, estar tejido junto; cualquier esfuerzo por separar bruscamente esa unión llevará a convertir lo que está tejido junto en algo inservible, incomprensible (queda simple o complicado). En la almazuela, es justo al revés (desde lo sencillo se llega a lo complejo): se unen trozos de diversos tejidos para llegar a una colcha, un chaleco, un
mantel, un abrigo…, y cuando deja de hacer falta, se separa con cuidado (respetando las unidades) y se une de otra forma (tal vez incluyendo algún trozo más, descartando algún otro), para tener lo que nos hace falta en la siguiente estación (efímero frente a permanente).
«Si el conocimiento existe es porque es organizacionalmente complejo. Esta organización compleja, a la vez cerrada y abierta, dependiente y autónoma, es la que puede construir traducciones a partir
de una realidad sin lenguaje (…) El reconocimiento de esta complejidad (…) requiere el recurso a un pensamiento complejo que pueda
tratar la interdependencia, la multidimensionalidad y la paradoja»
Edgar MORIN

En este artículo enumeramos los principios de la complejidad y los relacionamos con las educaciones. El artículo

Inteligencia de la complejidad. Epistemología y pragmática. Edgar Morin y Jean-Louis Le Moigne (dir.)

El paradigma de la complejidad general se forma en los crisoles abiertos, más cívicos y culturales que estrictamente académicos: “Dedicarse a la complejidad es introducir una manera de tratar lo real… Es reconocer que la modelización se construye como un punto de vista tomado de lo real… Y, en esta perspectiva, la exploración de la complejidad se presenta como el proyecto de mantener permanentemente abierto, en el trabajo de explicación científica misma, el reconocimiento de la dimensión de la impredecibilidad”.

Asumiendo este reconocimiento de la dimensión de la impredecibilidad y, por consiguiente, del punto de vista tomado de lo real, el paradigma de la complejidad general privilegia el ejercicio de las capacidades de despliegue de la inteligencia humana: demandando y proponiendo una nueva reforma del entendimiento, a la vez religada (pragmática) y crítica (epistémica), nos invita a no reducir lo inteligible a lo formalmente simplificado. Cualquier fenómeno que pueda caer bajo el conocimiento de los hombres puede ser entendido inteligiblemente por un sistema complejo sin que éste se reduzca a una aprehensión simplificada y descontextualizada.

Edgar Morin y Jean-Louis Le Moigneated

La inteligencia de la complejidad, ¿qué quiere decir? Quiere decir, ante todo, una inteligencia capaz de comprender que el conocimiento que aísla los objetos unos de otros, las disciplinas unas de otras, no logra más que una inteligencia restringida y mutilada. Es una inteligencia apta para religar los datos, las informaciones y los conocimientos separados. Es una inteligencia que sabe que la inteligencia de lo real no es un reflejo de la realidad, sino una traducción/reconstrucción de esta realidad a partir de un pensamiento/cerebro humano. Es una inteligencia que necesita una inteligencia de la inteligencia, es decir, una epistemología. Esta inteligencia que une debe saber unir el conocimiento y la acción, y en segundo grado, lo epistémico y la pragmática.

Edgar Morin y Jean-Louis Le Moigne

El libro completo puedes leerlo aquí

Para seguir profundizando en la complejidad: EL MÉTODO